Hoy me desahucian a mi, mañana podría ser a ti
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La importancia de incluir el ocio en el estado de bienestar, por nuestra salud
Desde que finalicé mis estudios universitarios tuve la suerte de poder dedicarme a la profesión que me apasiona y para la que me he formado, la educación social. Gracias a ella, he podido conocer y enriquecerme de personas con diferentes culturas, valores, personalidades, además de descubrir la vida desde otras perspectivas y contextos. Pero también me ha llevado a descubrir y compartir situaciones que considero que nadie se merece experimentar.
Estigmatizando a los mas vulnerables
Un día, aparentemente normal y rutinario, acompañe a una de las chicas que tenía a cargo en el Centro de Protección de Menores a la consulta del médico porque tenía un tapón de cera en el oído. Aprovechando que íbamos a ver a la enfermera le pedí por favor que si le podía mirar también una herida que se había hecho para curársela.
No di más explicaciones porque tampoco consideré que debía darlas. Cuando le iba a destapar la herida, antes de ni siquiera verla, la enfermera le pregunto ¿no te habrás cortado, no? La chica muy disgustada no respondió y ella insistió ¿te lo has hecho tú, no? ¿Te has autolesionado, no?. Entonces intercedí y corte la conversación.
La chica se sintió humillada y a partir de ahí, empezó a ser mucho más complicado conseguir que fuera a cualquier consulta médica. Y yo me pregunto, ¿le hubiera preguntado eso a cualquier adolescente o solo a las que viven en un centro de menores?. Me encantaría pensar que fue el protocolo o la preocupación, pero la realidad es que lo que en aquella consulta lo que primo fue la estigmatización.
En otra ocasión, trabajando en un centro de día para personas sin hogar, mi compañera acompañó al servicio de urgencias a un hombre que tenía los pies llenos de heridas, destrozados hasta tal punto que ya era imposible que pudiera ponerse cualquier tipo de calzado.
Cuando llegaron al centro de salud, se negaron a atenderle porque siendo una persona de la calle «seguramente tendría Covid y a saber qué más» Mi compañera tuvo claro desde el primer momento que no se iría de allí hasta que le atendieran y por fin, después de mucho batallar, lo consiguió. ¿Fue protocolo? ¿Fue preocupación? ¿O reinaron los prejuicios?.
No son casos aislados, no te lleves a engaño
La triste realidad es que esto, solo son dos casos aislados de los muchísimos que vemos los y las profesionales que trabajamos con colectivos vulnerables en pleno siglo XXI. Y hoy, os hablo del sector sanitario, pero podría ser perfectamente otro contexto ya que no es el único donde convivimos con la estigmatización social. Por desgracia, está discriminación está al orden del día.
El estigma social es todas esas creencias, etiquetas y prejuicios que le ponemos a una persona por el hecho de entenderla como fuera de la norma social. Es el “sambenito” que le colgamos a la persona que sentimos como diferente.
Este estigma puede llegar a ser tan perjudicial, en algunos contextos, que algunas veces no nos queda otra que aconsejar a las personas con las que trabajamos que excepto que sea estrictamente necesario que, no digan si van desde un recurso para que no se hagan ideas preconcebidas sobre ellos y ellas. Para intentar protegerlas, porque no tienen por qué dar justificaciones de su vida, ni aguantar la ignorancia de algunas personas.
Una sociedad sobrepasada por los prejuicios
Vivimos en una sociedad en la que respiramos prejuicios con tanta intensidad que llegan a envenenarnos y dejamos de ver lo que realmente hay delante, personas. Pero, por suerte, no todo es malo y en esta lucha también encontramos aliados/as. A veces, tenemos la fortuna de rodearnos de grandes profesionales que también son grandes personas y no ven estos prejuicios e intervienen y ayudan con la calidad que cualquier persona se merece.
Si algo tengo cada día más claro es que, este mundo necesita más profesionales con conciencia social, con la formación necesaria para luchar contra los estigmas y con una maleta llena de herramientas de gestión emocional para poder desempeñar su trabajo con mayor empatía.