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Antes o después todas las familias se ven en la tesitura de tener que cuidar a una persona mayor y dependiente. En estos casos nos podemos encontrar con familias que no pueden hacer frente a esos cuidados por falta de tiempo y tienen que recurrir al ingreso en residencias y en otros, como cuidadores tenemos que llevar a cabo una buena actuación para que no repercuta negativamente en nuestra salud.
En el caso de los cuidados en residencias muchas veces nos podemos encontrar con una falta de recursos existentes que les permiten poder llevar a cabo unas actuaciones correctas de bienestar a las personas que residen en ellas. Es por ello, que el pasado mes de junio de este mismo año, el gobierno aprobó un nuevo modelo de cuidados que impide construir residencias de más de 120 plazas.
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Nuevo modelo
Este nuevo modelo plantea que hay que priorizar la teleasistencia y la atención domiciliaria. Es cierto que las personas mayores, ayer, hoy y cada vez más mañana, van a preferir seguir viviendo en sus domicilios y entornos domiciliarios. Como comentábamos antes, en casos donde no sea posible la atención en el domicilio, el objetivo es que las residencias se parezcan lo más posible a un hogar, por ejemplo con opciones como: que las personas puedan llevar sus propios muebles, si lo desean.
A fecha de hoy, no podemos corroborar que este nuevo modelo se ha puesto en marcha y su eficacia. Pero en vista de las situaciones de muchos de nuestros mayores que se han viralizado últimamente en redes, se hace evidente la necesidad imperiosa de mejora, los centros residenciales no pueden ni deben permitir estas situaciones. Las personas mayores merecen unos cuidados dignos y una atención integral en la que prevalezca su bienestar.
Nadie merece ser tratado como si fuera un número más o simplemente un expediente. Son personas y merecen un trato digno y ante todo no debemos olvidar que todos seguimos en camino de envejecer.