No, no es lo mismo jubilarse hoy que hace 10 años y, según la última reforma de las pensiones, tampoco lo será el año que viene. En España, la jubilación está directamente ligada a los años de cotización de cada trabajador, y las normas están diseñadas para adaptarse progresivamente a los cambios demográficos y económicos que estamos viviendo.
A medida que avanza el tiempo, las políticas de jubilación se ajustan para equilibrar las necesidades de los trabajadores con la sostenibilidad del sistema de pensiones. Y es que, hoy por hoy, hay una gran esperanza de vida (por suerte) pero esto también se traduce en más pensionistas. Si a esto le añadimos que nacen menos niños, la sostenibilidad del sistema de pensiones tiene que tener algunas remodelaciones
En estos años puedes jubilarte según cada caso:
Para el año 2024, las reglas establecen que aquellos trabajadores que hayan cotizado 38 años o más podrán jubilarse a la edad de 65 años. En cambio, aquellos que tengan 38 años o menos de cotización deberán esperar hasta los 66 años y 6 meses para retirarse. A partir de 2025, la situación se ajusta ligeramente. Los trabajadores que hayan cotizado al menos 38 años y 3 meses seguirán pudiendo jubilarse a los 65 años.
Por otro lado, quienes tengan menos de 38 años y 3 meses de cotización verán incrementada su edad de jubilación a 66 años y 8 meses. En 2026, la política continúa su progresión: aquellos con más de 38 años y 3 meses de cotizaciones podrán jubilarse a los 65 años, mientras que aquellos con menos tiempo deberán trabajar hasta los 66 años y 10 meses.
Para el año 2027, los cambios son aún más marcados. Los trabajadores que hayan acumulado 38 años y 6 meses o más de cotizaciones podrán jubilarse a los 65 años. Aquellos con menos de 38 años y 6 meses deberán esperar hasta los 67 años para poder retirarse.
Una necesidad creciente
Este enfoque escalonado no solo responde a la necesidad de mantener financieramente viable el sistema de pensiones, sino que también refleja un compromiso de proteger a los trabajadores de más edad, permitiéndoles retirarse con dignidad después de madrugones, y esfuerzos constantes donde cada día, cumplían trabajando en pro de la misma sociedad. Además, ofrece a los trabajadores más jóvenes claridad sobre sus expectativas de jubilación, permitiéndoles planificar mejor su futuro financiero y laboral.
Es una forma de que todos, incluidos los que aún nos quedan unos años para jubilarnos, podamos organizar mejor nuestro futuro y así, contribuir al sistema de pensiones de manera mucho más tranquila. Todo lo necesario para que, en el futuro, nuestros propios descendientes puedan seguir disfrutando del sistema de pensiones que lleva tantos años, permitiendo a millones de personas disfrutar de esa época dorada, tan ansiada y temida en ambas partes.
Los ajustes regulares en las políticas de jubilación son esenciales para adaptarse a las cambiantes condiciones económicas y demográficas, asegurando que el sistema de pensiones sea justo y sostenible a largo plazo. Así, cada trabajador puede mirar hacia el futuro con mayor certeza, sabiendo que el sistema está diseñado para adaptarse y responder a la evolución de la sociedad. Sea como sea, todavía quedan unos años para que se alcance ese 2027 y veamos con (al menos por ahora) el sistema de pensiones sigue siendo posible.