Poco se conoce acerca de la Ley de Segunda Oportunidad, sin embargo, cada vez nos va sonando más, en relación a las deudas y los desahucios.
Esta ley es particularmente relevante en épocas de crisis como la que estamos viviendo, en la que, a raíz de la Covid, en España está aumentado el desempleo y hay cientos de miles de trabajadores afectados por Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) y, cada vez más, directamente por despidos definitivos.
Por ello, cada vez más ciudadanos se enfrentan a situaciones angustiosas al no llegar a fin de mes y muchos, recurren a préstamos para ir más desahogados, pero luego deben pagar intereses y acaban peor de lo que empezaron.
Qué es y para qué sirve
La Ley de Segunda Oportunidad, o también llamada mecanismo de la segunda oportunidad, ofrece tanto a particulares como a autónomos la posibilidad de sobrellevar o incluso recuperarse de una mala situación económica.
El objetivo es recomponer o perdonar de manera parcial la deuda, siempre y cuando el deudor se vea incapaz de satisfacer a sus acreedores y de hacer frente a sus deudas.
En España, para resolver este tipo de problemas con las deudas, contamos con la Ley Concursal y la Ley de Segunda Oportunidad.
- La Ley Concursal está regulada en la Ley 22/2003 y le permite al deudor reestructurar sus deudas mientras continua con su actividad económica. Esto último significa que, si una empresa tiene deudas, pueden seguir trabajando, de esta manera, se evitan el cierre de la empresa y despidos.
- Por otro lado, la Ley de Segunda Oportunidad permitirá al deudor sanear su patrimonio. Una vez lo tenga estable, podrá pagar a sus acreedores.
Desde julio de 2019, los deudores pueden beneficiarse de dicha ley con hasta una exoneración del 70% de todas las deudas que se tengan con la Administración Pública, con la posibilidad de poder fraccionar la cantidad restante en un periodo de hasta cinco años.
El plan de pagos que se acuerda en un proceso de Segunda Oportunidad y tiene una eficacia que puede extenderse a lo largo de los próximos cinco años, como hemos mencionado antes. Si además se solicita el beneficio de exoneración de deudas, te impedirá volver a solicitarlo durante los diez años siguientes.
Gracias al cumplimiento de estos requisitos, la Ley de Segunda Oportunidad es una vía de escape para aquellos buenos pagadores que simplemente, atraviesan un mal momento económico.
Posibles opciones
Exoneración de las deudas:
Es la posibilidad de librarte de determinadas deudas. Este beneficio puede afectar tanto a los créditos ordinarios y subordinados, pero también a los hipotecarios. Ahora bien, solo pueden exonerarse aquellas deudas que no están protegidas por la ley y las que no se hayan podido pagar. Dicho de otra forma, en el momento que te acoges a la exoneración de deudas de la Ley de la Segunda Oportunidad tendrás que desprenderte de todo tu patrimonio, se producirá el embargo de tus bienes. Por eso, es un mecanismo de «vuelta a empezar».
En caso de desahucio, se «perdonará» la diferencia entre el precio de la vivienda y el capital total por amortizar, es decir, que si el banco te quita la casa ya no tendrías que seguir pagándola.
Acuerdo extrajudicial de pagos:
Se trata de una reestructuración de la deuda que haga visible su pago (de manera total o parcial) en un plazo de cinco años como máximo. Este acuerdo permite introducir quitas y esperas en las deudas.
Hay que recurrir a él debido a que la Ley lo considera como una muestra de buena fe y, por tanto, si te conceden la ayuda, tienes que cumplirlo obligatoriamente.
Requisitos
- Demostrar que no se tiene patrimonio para hacer frente a las deudas o que éste ya se ha liquidado.
- La obligación total de las deudas no puede superar los 5 millones de euros.
- La buena fe del deudor.
Se considerará que el deudor ha obrado de buena fe si:
- Ha negociado e intentado lograr un acuerdo con los acreedores de la deuda antes de iniciar el concurso.
- No ha provocado de forma voluntaria su situación de insolvencia para acogerse a esta Ley. Es decir, si no ha sido declarado culpable en el concurso.
- No se ha acogido a esta misma Ley en los diez años anteriores.
- Cuando no ha cometido delitos de tipo económico de ningún tipo.
- No ha rechazado un trabajo “adecuado a su capacidad”.
El particular o autónomo que cumpla estas premisas y quiera acogerse a la Ley de Segunda Oportunidad debería primero intentar alcanzar un acuerdo extrajudicial con el acreedor.
Solo si la vía de la negociación falla debe recurrir a esta medida tan drástica. Eso sí, ha de tener claro que el proceso es lento y puede llegar a ser costoso, ya que será necesario contratar un abogado.
Coste y duración del proceso
Cuando nació la ley, hace 6 años, muy pocos abogados ofrecían este servicio y los que lo ofrecían cobraban 10.000 euros, un precio muy elevado. Esto suponía que muchos afectados por las deudas no accedían a esta solución.
Posteriormente, algunas empresas se especializaron en el tema y cobran cantidades muy inferiores, entre 1.500 y 3.600 euros. El proceso suele durar entre 12 y 18 meses, dependiendo de la carga de trabajado de cada juzgado.