El 8 de marzo se conmemora la lucha de las mujeres por la igualdad. Está considerado, de hecho, como el Día Internacional de la Mujer en el que desde hace unos años los colectivos de, mujeres y hombres feministas han ocupado las calles del país para reivindicar los derechos del 50% de la población y así lograr la igualdad.
Acontecimientos históricos
A través de la historia, hubo algunos acontecimientos que propiciaron la declaración de este día. Entre lo más importantes, se encuentran los siguientes.
El 8 de marzo de 1857, un grupo de obreras textiles tomó la decisión de salir a las calles de Nueva York a protestar por las míseras condiciones en las que trabajaban.
Sin embargo, quizá el día más significativo fue el 5 de marzo de 1908, donde Nueva York fue escenario de nuevo de una huelga.
Un grupo de mujeres reclamaba la igualdad salarial, la disminución de la jornada laboral a 10 horas y un tiempo para poder dar de mamar a sus hijos. Durante esa huelga, asesinaron a más de un centenar de mujeres quemadas en una fábrica textil en un incendio que se atribuyó al dueño de la fábrica como respuesta a la huelga.
Es en 1910, durante la Segunda Conferencia Internacional de Mujeres Trabajadoras celebrada en Copenhague (Dinamarca) más de 100 mujeres aprobaron declarar el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer Trabajadora, donde reivindicaban:
- Derecho al voto.
- El derecho a la ocupación de cargos públicos.
- Derecho a la formación profesional.
- El derecho al trabajo y a la no discriminación por el mero hecho de ser mujer.
Acontecimientos históricos en España
En España, a partir del 8 de marzo de 1910, la mujer accedió a la Enseñanza Superior en igualdad de condiciones que el hombre, cuando se aprobó una real orden que autorizó “por igual la matrícula de alumnos y alumnas”. Poco después de que Emilia Pardo Bazán fuera nombrada consejera de Instrucción Pública.
Bien es cierto que antes, las pioneras de finales del siglo XIX habían comenzado a ir a la Universidad pues no existía ninguna ley en contra. No estaba prohibido simplemente porque nadie había pensado jamás, en que una mujer quisiera estudiar y mucho menos, que lo necesitara para ser una buena madre y esposa.
Hubo casos anteriores:
- En 1785, María Isidra de Guzmán, conocida como la doctora de Alcalá, obtuvo el grado de doctorado en la Universidad de Alcalá de Henares.
- El año 1849, Concepción Arenal se disfrazó de hombre para estudiar Derecho en la Universidad de Madrid.
Sin embargo, en 1882 una real orden suspendió «en lo sucesivo, la admisión de las Señoras a la Enseñanza Superior». Seis años después, en 1888, otra real orden acuerda «que las mujeres sean admitidas como alumnas de enseñanza privada» pero con autorización. Tenían que pedir permiso al Ministerio de Instrucción Pública y conseguir que cada uno de los profesores firmara el impreso de matrícula comprometiéndose a garantizar el orden en el aula. De modo que el 8 de marzo de 1910, por fin las mujeres pudieron matricularse en igualdad de condiciones que el hombre.
Por otro lado, más adelante, las Cortes españolas aprobaron la Constitución de 1931, que conllevó grandes avances, entre ellos, el sufragio universal. El cual supuso el reconocimiento del derecho femenino al voto, algo que no se hubiera conseguido sin la diputada Clara Campoamor.
Estos hechos marcaron cambios importantes en la situación de igualdad de derechos de las mujeres con respecto a los hombres. Los cuales no se habrían conseguido sin las manifestaciones y reclamaciones por parte de las mujeres, exigiendo lo que les pertenecía.
En la actualidad, hemos avanzado mucho, pero aun nos falta un largo camino.
Ámbitos reservados a la mujer a día de hoy
En realidad, cierto número de núcleos de discriminaciones existe y resiste en todas partes; el trabajo doméstico y el trabajo de las empleadas domésticas, los cuidados a niños y mayores (lo que hoy llamamos la asistencia). Siguen siendo ámbitos reservados a las mujeres en todo el mundo.
La concentración de los empleos femeninos es otro rasgo dominante y omnipresente. Sean cuales sean las legislaciones en vigor, sean elevadas o no las tasas de actividad laboral de las mujeres. Perduran los empleos feminizados o masculinos.
El «Techo de cristal»
Además, las mujeres sufren el llamado “techo de cristal”. Cuyas causas están relacionadas, entre otras cosas, con la idea subyacente de que las mujeres se comprometen menos con la empresa debido a las cargas familiares. La posibilidad de un embarazo o el hecho de que tengan hijos suele conducir a que no consigan promocionar. Además, no hay que olvidar que las decisiones sobre los ascensos las suelen tomar los hombres y que ellos tienen muchos prejuicios con respecto a la valía de las mujeres a la hora de adoptar roles de liderazgo.
Y si hablamos de la remuneración, de acuerdo a Naciones Unidas, por término medio, las mujeres siguen ganando en todo el mundo un 23% menos que los hombres en el mercado de trabajo por el mismo empleo.
La brecha salarial
En España, la brecha salarial es de un 14%, constituyendo, de todas las discriminaciones que sufren las mujeres, la que más dificultades entraña para ser erradicada. La retribución anual media es de 2.161 euros brutos por mes en el caso de los hombres y de 1.708 brutos por mes en el caso de las mujeres. De media las mujeres cobran 450 euros menos al mes que los hombres.
Esto es un resumen simplificado de los motivos más significativos para comprender la importancia de las jornadas que se celebran alrededor del 8 de marzo. Donde las personas feministas, mujeres y hombres, podemos alzar la voz y reclamar nuestros derechos y libertades. Que, a día de hoy, quedan muy lejos de ser plenos.
El Día Internacional de la Mujer es un buen momento para reflexionar acerca de los avances logrados. Pedir más cambios y celebrar la valentía y la determinación de las mujeres de a pie que han jugado un papel clave en la historia de sus países y comunidades.
El mundo ha logrado avances sin precedentes, pero ningún país ha alcanzado aun la igualdad de género.