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El retraso de las distribuidoras para remitir los consumos de cada cliente a las comercializadoras ha provocado que no puedan enviar los recibos al no disponer de datos, explica la Comisión Nacional del Mercado y la Competencia.
Detectado desde julio, esto ha dejado a miles de clientes con facturas retrasadas que en muchos casos se están remitiendo de una vez. Así, el consumidor se encuentra que en un único recibo se le suman varios meses, disparando el coste.
Tras analizar consultas y reclamaciones, Competencia vio que «en muchos casos, los consumidores mostraban una gran preocupación por el aumento de la deuda contraída» y por «la imposibilidad económica de hacer frente a los pagos».
¿Qué se puede hacer si uno se encuentra en esta situación?
Según el regulador, el cliente puede ejercer ciertos derechos. El más importante es que al ser la distribuidora la responsable del retraso en las facturas, el consumidor tiene derecho a fraccionar el pago de la deuda «en tantas facturas mensuales como meses haya estado sin recibir la factura».
Es decir, si recibes de golpe un recibo de 400 euros por tres meses atrasados, la podrás partir en tres pagos.
Cuando la empresa pueda enviar las facturas «deben evitar cobrar cantidad alguna sin avisar previamente a sus clientes», es decir, no deberían cobrarlo de golpe, y tienen que «cerciorarse de que éstos han recibido el aviso y han comprendido sus términos».
Por eso, la comercializadora «debe proponer al cliente la posibilidad de aplazar el pago», recuerdan en la CNMC.
Así, la mejor alternativa pasa por aprovechar la posibilidad de fraccionar el pago para reducir el impacto de los recibos acumulados.